Conlleva dos líneas de reflexión que enmarcan una condición recurrente que encontramos desde la práctica clínica. Pueden ser meses, años, en ciertos casos, la mayor parte de sus vidas, a personas viviendo con un padecimiento alimentario.
El 10 de octubre se celebra el día mundial desde hace más de 30 años promovido por la OMS (Organización Mundial de la Salud) junto a otras organizaciones científicas y ciudadanas alrededor del mundo.
Cambiar su alimentación, hacer ejercicio, dietas o planes de todo tipo para cumplir con la bien intencionada recomendación, a veces, crítica cruel, otras, insistente mandato de: “tienes que bajar de peso”
Día Internacional de la Juventud, se plantea el tema “Compromiso de los jóvenes por una acción mundial global” que busca promover la participación de la juventud en acciones políticas frente a la pandemia.
Es común dirigirse hacia los Aspectos más visibles y descriptivos, todo lo que rodea a la conducta alimentaria y los mecanismos compensatorios frente al miedo a engordar.
Somos una institución especializada en la investigación, prevención y tratamiento de anorexia, bulimia y obesidad conformada por un equipo multidisciplinario de especialistas en psicoanálisis, nutrición y psiquiatría.
Podemos sintetizar a las conductas alimentarias de riesgo como: “alteraciones relacionadas con la alimentación”, “prácticas erróneas de control de peso” y la “alteración de la percepción de la imagen corporal”, que se presentan como una variación del comportamiento habitual de un individuo.
La aparición de síntomas anoréxicos y bulímicos está ligado a la dificultad de elaborar el duelo por la pérdida de una persona, de un vínculo considerado valioso para quien lo vive.
El ejercicio por ejemplo, también es usado como una manera de control de la ingesta, de hacer con el cuerpo, el gimnasio es un lugar en donde se juegan estas medidas. El no poder asistir por las actuales medidas, puede ser vivido también como una pérdida.