La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo y progresivo en la cual se disminuye un neurotransmisor llamado dopamina, por lo que se altera el control de los movimientos de los músculos del cuerpo.
La edad es el principal factor de riesgo para padecerla, también el ser hombre, ya que en esta población es más frecuente su presencia en comparación con las mujeres. La causa de la enfermedad de Parkinson es desconocida. Aunque también hay Parkinson secundario a diversas situaciones médicas y trastornos hereditarios degenerativos.
Hay 4 síntomas esenciales:
Alrededor de 10 a 20% los pacientes que reciben el diagnóstico de enfermedad de Parkinson en verdad no la padecen. El diagnóstico generalmente es clínico y la mayoría de las veces no se necesitan estudios adicionales.
El tratamiento puede ser no farmacológico (terapia de lenguaje y ejercicio) o farmacológico (principalmente a base de un medicamento llamado levodopa). La terapia va a variar dependiendo del tiempo de evolución de la enfermedad (tratamiento inicial, tratamiento tardío).
A la enfermedad de Parkinson se le ha definido como un síndrome neuropsiquiátrico, ya que estos pacientes, además de los problemas musculares, pueden presentar en frecuencia los siguientes síntomas:
Depresión (43%)
Insomnio (36%)
Alteraciones en la memoria, ataques de pánico y psicosis (32%)
Apatía (31%)
Ansiedad (30%)
Inatención (28%)
Es muy importante el trabajo conjunto entre el neurólogo y el psiquiatra de enlace, para tratar interdisciplinariamente este padecimiento y mejorar la calidad de vida tanto del paciente como de los familiares encargados de él.
Las personas que padecen la enfermedad de Parkinson, ante la pandemia por COVID-19, deben seguir las medidas sanitarias aplicables a la población en general: