Las contracturas y la tensión de los músculos del cuello, los hombros, la espalda, la columna lumbar e incluso los músculos de la masticación o el músculo temporal pueden ocasionar mucho malestar y dolor en las personas que padecen trastorno de ansiedad generalizada, perciben una vida de mucho “estrés” y generalmente se definen como “nerviosas”.
Recientemente se han vuelto populares en las series o películas algunas marcas de medicamentos pertenecientes al grupo de las benzodiacepinas, que tienen una indicación para eliminar la ansiedad, principalmente para evitar las crisis de pánico y en la mayoría de las veces una mala prescripción para dormir o estar relajado sin atacar la problemática de base. Entre las marcas más famosas se encuentran: Tafil®, Rivotril®, Ativan®, Valium®, Xanax®, etc. Incluso en el lenguaje popular se escucha ya el empleo del verbo “tafilear”. El nombre de las sales de los ansiolíticos más comúnmente usados son: clonazepam, alprazolam, diazepam, lorazepam, bromazepam, etc.
Las benzodiacepinas tienen como efectos farmacológicos:
Estos medicamentos requieren receta médica para surtirlos, son controlados. Sin embargo, hay otros relajantes musculares que se encuentran en presentaciones solos o combinados con algún analgésico o un antiinflamatorio no esteroideo y no requieren receta, como: tizanidina, metocarbamol, etc.
Es muy importante que si necesitas un relajante muscular acudas con un médico o con un psiquiatra si sospechas que tus tensiones o contracturas musculares forman parte de un trastorno de ansiedad o afectivo como la depresión.
Bibliografía:
Kaplan & Sadock. Manual de bolsillo de psiquiatría clínica. Wolters Kluwer, 6ta edición, México, 2019.