Dentro del saber común, cuando pensamos en los trastornos de la alimentación, podemos asociar a la anorexia o a la bulimia, incluso tal vez a los atracones o la obesidad, como trastornos pertenecientes a ellos. En este escrito quiero compartirte otras manifestaciones comunes, si bien no difundidas, que pueden tener los trastornos de la alimentación.
La anorexia puede obedecer a la presencia de alucinaciones auditivas o visuales que desalientan a la persona a comer. También pueden tener fenómenos en alguna parte del tubo digestivo que impiden, desde la propia percepción, la ingesta de alimentos según su solidez o su cantidad. Indirectamente pareciera que el enflacar y dejar de comer es por anorexia, pero realmente nos encontramos con otros padecimientos, entre ellos la psicosis, que están detrás de esas manifestaciones clínicas.
La bulimia muchas veces puede ser solamente una “estación de transbordo, una frontera, una zona de tránsito”, entre una anorexia, la recuperación de una anorexia, una bulimia genuina o la recuperación de una bulimia, o el paso de un trastorno de atracones hacia la obesidad. Realmente la bulimia es una interfaz muy cambiante de sintomatología alimenticia en muchos casos.
Los atracones y la obesidad pueden ser por otras causas, entre ellas pueden llegar a ser secundarias a otros trastornos, tanto médicos como psiquiátricos. Pueden ser secundarios a ansiedad, trastornos del control de los impulsos, hipotiroidismo, secundarios al uso de medicamentos inmunosupresores como los esteroides, secundarios a algunos psicofármacos, etc.
Es siempre muy importante realizar una valoración psiquiátrica minuciosa, escuchar completamente y a profundidad lo que el paciente dice, cómo lo dice, descartar cualquier causa médica no psiquiátrica que salte al ojo clínico, y protocolizar el estudio, abordaje y seguimiento de cada paciente.
Hay que ser siempre muy cuidadosos en no generalizar y en pretender clasificar a los pacientes en descripciones que no necesariamente se adapten a su padecimiento en particular.